lunes, 4 de mayo de 2020

Aprender a tocar un instrumento como aprender a hablar: el Método Suzuky

Artículo publicado en la Revista Desterradxs Nº 3 – 2010, páginas 22 y 23
Registro de Propiedad Intelectual: Exp. Nro. 940562

Un gran descubrimiento

Shinichi Suzuky, nace en Nagoya en el año 1898. Su padre era luthier, y lo estimuló a la práctica del violín, actividad que inicia en su adolescencia. Su interés por perfeccionarse en sus conocimientos musicales, lo llevan a Europa, y particularmente a Berlín cuando tenía aproximadamente 25 años. Estando en Alemania, el progreso en el instrumento era notable, pero tenía serias dificultades para aprender el idioma. Una pregunta lo inquietaba constantemente: ¿por qué le resultaba tan difícil hablar alemán? Y ¿cómo es que los pequeños niños que habían nacido allí, lo asimilaban con tanta facilidad? ¿No se suponía que él que era mayor, ya había desarrollado diferentes técnicas de aprendizaje que los pequeños aun no poseían?


Un día comprendió que esa especie de “capacidad especial” que él observaba en los niños alemanes, era en realidad una regla que se cumplía en todo el mundo. Es decir “todos los niños del mundo aprenden a hablar su lengua materna, y lo que es más importante aún: ninguno fracasa.”

Comenzó a reflexionar detenidamente sobre este descubrimiento y fue así que se dio cuenta de lo siguiente:

1-Los niños escuchan hablar desde el momento en que nacen (actualmente se puede afirmar que el bebé escucha sonidos aun desde antes de nacer, en el seno materno).

2- Nadie se cansa de repetir una palabra a un bebé cuando se intenta enseñarle a hablar.

3- Se alaba mucho al niño que va aprendiendo, es motivo de orgullo y alegría familiar cada nueva palabra. Sin embargo, nadie es reprendido por no aprender a hacerlo (difícilmente escuchemos que una made rete a su niño porque no habla tan rápido como otros).

4-Permanentemente se estimula la posibilidad de que el niño repita la palabra que ha aprendido. Es muy habitual que cada vez que llegue alguien a casa se lo estimule a que repita la palabra “mamá”. Y cada vez recibe aprobación y alabanza por hacerlo.

5- Ninguna palabra deja de usarse, todas se van agregando al vocabulario que aumenta durante toda la vida.

6- Sólo intentamos aprender a leer y escribir  mucho tiempo después de que se ha desarrollado el lenguaje hablado (es decir se lo comprende y habla durante mucho tiempo, antes de leerlo y escribirlo).

7-Todos aprenden a hablar, a usar el idioma y disfrutar de las muchas posibilidades que nos propone, pero no todos se convierten en  oradores o escritores. 


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